Ampliar la conservación en el norte de Perú

Los bosques secos costeros peruanos se encuentran entre los ecosistemas forestales más amenazados y menos estudiados del mundo, de los que sólo queda un 2%.  A Rocha Perú ha reforzado con éxito 12 hectáreas de bosque seco en el parque eólico de ContourGlobal en Talara, al norte de Perú. El proyecto se llevó a cabo en colaboración con ocho juntas vecinales adyacentes al parque eólico, junto con el apoyo de la empresa energética ContourGlobal y la organización comunitaria Conservamos por Naturaleza. Los bosques secos peruanos son cruciales para combatir la desertificación, los desastres naturales y la protección de especies en peligro de extinción. Esta asociación única ha dado nuevas esperanzas de que los bosques secos puedan ser restaurados.

Los árboles Prosopis son algunas de las especies más importantes desde el punto de vista económico y ecológico en las zonas áridas y semiáridas del mundo. Sus pequeñas hojas les ayudan a conservar el agua en el entorno seco. Las raíces se adentran en la tierra en busca de agua. Desempeñan un papel vital en el mantenimiento del ecosistema natural. También sostienen la fauna local, como el oso de anteojos (Tremarctos ornatus), especie vulnerable, la pava aliblanca (Penelope albipennis) y el raro tegu del desierto (Dicrodon guttulatum), entre otros.

Los árboles se talan de forma selectiva para obtener combustible para los hogares rurales y carbón vegetal, y se comercializan ilegalmente para su uso por parte de los negocios de los mercados avícolas y los restaurantes de las principales ciudades. Los terratenientes también convierten grandes áreas del paisaje del bosque seco en tierras agrícolas.

Ahora, los esfuerzos de restauración han hecho que las aves autóctonas, como el cortarrama peruano (Phytotoma raimondii), en peligro de extinción, vuelvan a anidar y que las plantas autóctonas florezcan. La asociación también ha permitido que niños y adultos de la comunidad aprendan la importancia de la restauración del bosque seco, y muchos de ellos se han convertido en líderes medioambientales locales.

En esta parte de Perú sólo pueden crecer los árboles Prosopis. Eran parte integral de las culturas precolombinas. Aunque la mayoría han desaparecido, siguen desempeñando un papel importante en la agricultura tradicional, proporcionando sombra a los agricultores y alimento a su ganado. También pueden utilizarse para crear productos innovadores, como el helado, que proporcionan ingresos adicionales a la población local.

El proyecto se ha extendido también al departamento de La Libertad, donde el equipo ha trabajado con los miembros de la comunidad para reforestar 1,6 hectáreas, realizar visitas de seguimiento de las zonas reforestadas y entregar plantas agroforestales a los agricultores para que recuperen sus tierras degradadas. Se han instalado estufas de bajo consumo para las familias, que están ayudando a reducir el consumo de combustible a la mitad, a reducir la necesidad de talar árboles, a mejorar la calidad del aire y a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

 Los grupos locales de conservación están recibiendo formación sobre temas como el turismo y los incendios forestales, y están debatiendo intervenciones para ayudar a combatir la tala ilegal y la deforestación. Ya se han identificado nuevas especies de plantas y fauna en el Área de Conservación Privada de El Cañoncillo, como el Sapote (Capparis scabrida), el Cuncuno (Vallesia glabra) y el Hornero de patas pálidas (Furnarius leucopus).